o el último año de la
transición
De un rey
muy campechano al que nadie se atrevía a criticar ni cuestionar, elegido a dedo
por uno de los carniceros del siglo XX, a otro rey
elegido a dedo pero con una hermana en
el banquillos de los acusados, una republicana travestida en reina por Lorenzo Caprile,
y muchos súbditos que ya no quieren
serlo. El año de la transición del gran líder de la transición al cielo directo
desde su aeropuerto, como María Santísima
sin pecado concebida. Esta España nuestra que
tan pronto olvida los pecados como a los pecadores, como a los miles de
inocentes salvajemente torturados, asesinados y enterrados en nuestras cunetas
de esta España nuestra, a veces tan sanguinaria y a veces siempre de
fiesta. Si existe el cielo seguro que a Adolfo no le han dejado entrar y lo han enviado castigado
al sótano para que espere al resto de padres, hijos y nietos de la transición
de un país a la ignominia, gracias al olvido de los verdaderos defensores de la
democracia que siguen esperando que los desentierren de las cunetas CASI 80 AÑOS DESPUÉS. También fue el
año de la transición del inmaculado Partido Popular
a las cloacas con Jaume Matas, La princesa del Ébola,
el Consejero del miedo, Carlos Fabra, el
señor Granados, la zombi del Postiguet...y tantos otros, en una bonita
procesión en honor a Nuestra Señora de la Corrupción. Quisieron acompañarles en tan emotiva
ofrenda el muy honorable señor Rato, el molt
honorable señor Pujol, el muy honorable
alcalde socialista de Parla, los Pokemon, los
señores de las black cards, y toda
esa gente fina y selecta que nos representa tan dignamente dentro y fuera de
nuestras fronteras. Fue el año de la
transición del partido socialista a algo que cada vez se parece más a un
lifting mal hecho como los que muestran las caras de algunos presentadores de
Sálvame. Y fue el año de Podemos y de los
tertulianos iracundos convertidos en estrellas televisivas gracias a Podemos. Y de la Democracia herida por alguna prensa,
los partido políticos y todo un ejército furioso que no contempla la idea de que se pueda votar
a una ilusión, o a una fantasía. Sacaron a los muertos de ETA contra Podemos, a Hugo Chávez contra Podemos, y a todo el más acá y el más allá contra Podemos,
como si está formación no tuviese ya bastante con la realidad de las cosas para
elaborar un programa electoral donde no todo sea la burla y la mentira con la
que el Partido Popular llegó a gobernar. Y
empezó la transición de Cataluña hacia ninguna parte con los catalanes
engañados por un falso mesías que solo quiere converger con los de
sus estirpe para seguir haciendo negocios. Y transitó, y transita, Isabel Pantoja por los pasillos de la prisión, no
sabemos si enseñando dientes, o si ya no le hace tanta gracia el blanqueado y
está un poco más sería. Y transitaron hacia el más allá, o hacia ninguna parte,
mucha gente con la que pasamos muy buenos ratos, gente como García Márquez, Ana María Matute, Paco de
Lucía, Di Stefano, Philip Seymour Hoffman, o la Duquesa de Alba que con sus
payasadas flamencas también hizo disfrutar a muchos. Y por 2014 también transitaron nuestras
vidas con nuestros muertos, nuestras alegrías y nuestros fracasos. Haber
llegado hasta aquí es todo un logro, aunque sinceramente más de la fortuna que
nuestro. Sigamos por 2015, al menos con ilusión y con esperanza (no Aguirre, esta jeta que haga su transición a la
jubilación para que se renueven los vientos de naftalina) para que las cosas
cambien pero a través de nosotros porque las cosas no tienen vida para cambiar
solas, nosotros sí y deberíamos aprovechar y disfrutar al máximo toda la que
nos quede. Feliz 2015. El 10 de Enero más.