Y la familia
de Juan Carlos I
Se acabó el famoso cuadro, quizá
el pintor ha tenido que darse prisa para no verse en el brete de pintar a Doña
Cristina esposada. Veinte años ha tardado Antonio López y no ha conseguido el grado de realismo que tanto le caracteriza. Faltan Corina,
Felipe Varela para poner una pincelada de color en los horrorosos atuendos de
las regias damas, y alguna botella de ginebra para olvidar las intrincadas
mentiras de esta familia que se nos presentó como modelo y realmente era toda
una farsa. En el cuadro todo es viejuno, frío y casi siniestro como el paso del
tiempo, pero pasa hasta en las mejores familias. En la familia política se fue
el Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid después de sus delicadas
declaraciones, o más bien lo tuvieron
que echar a empujones a este pandillero que asegura no necesitar la política
para vivir, pero si la pasta. Confiamos
en que este cirujano de la diplomacia no vuelva a ejercer nunca más por el bienestar de todos. Y ya tenemos otro
Ministro de Sanidad sin idea de sanidad pero que insulta muy bien a la
oposición, y eso es lo más importante, conseguir salvar votos.
En la familia de
Podemos ya se han dado cuenta que en todas partes hay ovejas negras. Y en la
familia televisiva han aparecido nuevos personajes como el Secretario de Estado
García-Legaz y su colega Nicolás con el que lleva mucho tiempo preparando la
versión española de dos golfos muy golfos. Y hablando de golfos, también
apareció en el programa de Ana Rosa un tal Riobóo, director de Canal 33,
presumiendo de que junto a Pablo Iglesias defraudaban a Hacienda y de que ha
escrito un libro donde pone a parir al líder de Podemos para forrarse en estas
navidades. Ana Rosa, guapa, entendemos tu solidaridad con la gente que escribe
libros de otros para forrarse pero la televisión también debería tener un
límite y tu invitado escupía tanto odio a través del plasma que me cayó un
gargajo de ébola en la taza del desayuno. Mucho odio también en la familia del
futbol, un terreno de juego lleno de intereses donde todos intentan ahora echar balones fuera pero donde todos son parte
del juego de un negocio redondo. Y llegó la navidad, al campo y a la ciudad,
para pasarlo de miedo y disfrutar en familia de de estas fiestas tan
entrañables porque en todas las familias hay algún monstruo, y en algunas
todos. Feliz semana.
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