sábado, 6 de diciembre de 2014

La familia Monster

Y la familia de Juan Carlos I

Se acabó el famoso cuadro, quizá el pintor ha tenido que darse prisa para no verse en el brete de pintar a Doña Cristina esposada. Veinte años ha tardado Antonio López y no ha  conseguido el grado de realismo  que tanto le caracteriza. Faltan Corina, Felipe Varela para poner una pincelada de color en los horrorosos atuendos de las regias damas, y alguna botella de ginebra para olvidar las intrincadas mentiras de esta familia que se nos presentó como modelo y realmente era toda una farsa. En el cuadro todo es viejuno, frío y casi siniestro como el paso del tiempo, pero pasa hasta en las mejores familias. En la familia política se fue el Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid después de sus delicadas declaraciones,  o más bien lo tuvieron que echar a empujones a este pandillero que asegura no necesitar la política para vivir,  pero si la pasta. Confiamos en que este cirujano de la diplomacia no vuelva a ejercer nunca más por  el bienestar de todos. Y ya tenemos otro Ministro de Sanidad sin idea de sanidad pero que insulta muy bien a la oposición, y eso es lo más importante, conseguir salvar votos. 


                                          



En la familia de Podemos ya se han dado cuenta que en todas partes hay ovejas negras. Y en la familia televisiva han aparecido nuevos personajes como el Secretario de Estado García-Legaz y su colega Nicolás con el que lleva mucho tiempo preparando la versión española de dos golfos muy golfos. Y hablando de golfos, también apareció en el programa de Ana Rosa un tal Riobóo, director de Canal 33, presumiendo de que junto a Pablo Iglesias defraudaban a Hacienda y de que ha escrito un libro donde pone a parir al líder de Podemos para forrarse en estas navidades. Ana Rosa, guapa, entendemos tu solidaridad con la gente que escribe libros de otros para forrarse pero la televisión también debería tener un límite y tu invitado escupía tanto odio a través del plasma que me cayó un gargajo de ébola en la taza del desayuno. Mucho odio también en la familia del futbol, un terreno de juego lleno de intereses donde todos intentan ahora  echar balones fuera pero donde todos son parte del juego de un negocio redondo. Y llegó la navidad, al campo y a la ciudad, para pasarlo de miedo y disfrutar en familia de de estas fiestas tan entrañables porque en todas las familias hay algún monstruo, y en algunas todos. Feliz semana.

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