sábado, 24 de octubre de 2015

Todo se termina

También la décima legislatura con sus recortes y mordazas. A Mariano Rajoy lo despiden sus compañeros de la derecha española y europea aplaudiéndole como a un héroe en la defensa del estilo de vida de los conservadores y cristianos arios. A los hijos de los otros que los arrojen a las alimañas o a los depravados, en el nombre de Dios, de Europa o del déficit 0, al final todo se olvida como se olvidan las primicias del telediario. También se acaba el bipartidismo con sus tejemanejes, corrupciones y feudalismos.  Ojalá y este final sea el comienzo de un país menos corrupto y más decente, un país donde los ladrones no se envuelvan en las banderas para repartir sobres, fondos y comisiones. Ahora debería empezar la verdadera Transición  para que, entre otras muchas cosas, los miles de muertos que alfombran esta impecable España puedan tener el final que se merecen los muertos. Cuando se entierren a los muertos brotará la dignidad de este país sepultada en las cunetas entre  restos olvidados como restos de animales. Todo se acaba y empieza algo nuevo, esperemos que las promesas y buenas intenciones no se queden solo en eso porque si se quedan en promesas tendremos que exigir todas las responsabilidades a sus responsables para no ser absolutos responsables nosotros mismos, cada uno de nosotros como pequeños tertulianos sin cheque diario. Como dijo aquel: Muchas gracias y mucha suerte.

sábado, 10 de octubre de 2015

Todo es mentira, o casi todo

Es mentira que Alemania sea el paraíso terrenal y la tierra prometida, prometen que tienen los mejores coches pero solo es porque están trucados. También prometen en Alemania que  trabajan más que nadie en el mundo mientras en el sur de Europa solo se bebe resina, sangría y limoncello. A la vez, en el sur y en toda Europa se cree que Alemania es el paraíso y la tierra prometida y que allí deben de acoger a todos los que huyen desesperados de la barbarie, mientras el resto de Europa se lava las manos y acelera a toda velocidad las deportaciones al infierno. Y entre medias están las Naciones Unidas que es la mayor de las mentiras. Naciones Unidas es un club elitista donde se mezclan las naciones que se creen modernas y civilizadas con naciones que mutilan, ahorcan y decapitan en el nombre de Dios y de la Justicia, naciones que bombardean junto a naciones que son bombardeadas, naciones desangradas y devoradas hasta la putrefacción junto a naciones destripadoras y carroñeras  para celebrar todos juntos la gran bacanal una vez al año, y el resto del año van probando material para la gran bacanal del año siguiente. Los mutilados, ahorcados, decapitados, explotados y demás no están invitados a las Naciones Unidas porque huelen mal y a la ONU solo va gente con perfumes caros y ropa de marca. Muchas naciones ya no quieren estar unidas porque están agotadas de sus gobiernos corruptos y sus ex gobiernos todavía más corruptos. Mientras,  los  corruptores de las palabras van contado que en una nación nueva todo será paz y amor pero también es mentira. Los corruptos y corruptores dicen que todo ha cambiado y que todo cambiará pero solo están pensando en seguir trapicheando porque no hay manera humana de acabar con la mentira. La única manera posible de enjaular a la mentira es ser críticos y honestos con los que nos rodean pero especialmente con nosotros mismos. Casi siempre creemos que somos honestos con nosotros mismos pero también es mentira.

sábado, 3 de octubre de 2015

El día después del día del fin del mundo

En Cataluña ya se ha votado y el Apocalipsis no ha llegado. Tampoco ha llegado la independencia aunque algunos intenten hacer la cuenta de la vieja para que les salgan sus cuentas y apaños en la Generalitat. Los otros también maniquean las cifras pensando únicamente en las próximas elecciones y no en buscar soluciones. No hay ganadores ni perdedores porque las democracias dejan de serlo cuando hay vencedores y vencidos, pero sí  queda una sociedad catalana partida en dos que a su vez también se divide con el resto de España. Esta progresión divisoria hacia ninguna parte debería ser el principal asunto de Estado a resolver en este momento antes de ponerse a hacer cálculos, inauguraciones y fichajes estrella para la gran final del veinte de diciembre. La convivencia tiene unas reglas que todos debemos respetar y sería bueno que el Partido Popular, como máximo responsable del gobierno de toda España, empezase dando ejemplo invitando a irse de vacaciones al barrendero García Albiol que no consiguió barrer Badalona pero sí que ha conseguido pulverizar el voto al Partido Popular en Cataluña. No fue una buena idea poner a un ultra como candidato y sería una gran idea darle un descanso para que reflexione, no para que se vaya a Francia a pasárselo pipa con la tía Marine. Mariano Rajoy y su partido tienen la última oportunidad de comportarse como el partido que busca la unidad y el entendimiento de un país. Pero pedir sentido común al Partido Popular es como pedírselo a Artur Mas, ellos creen que son muy diferentes pero son casi idénticos envolviéndose en sus banderas para no soltar las carteras. Donde deberían aplicarse aquello de menos samba y más trabajar es en el Partido Socialista que  celebra como un triunfo el peor resultado de la historia del PSC en unas autonómicas, allá ellos. Y también deberían dejar de dar el cante los chicos de Podemos con coleta morada a la cabeza que hizo sonrojar a propios y extraños con su respuesta karaokeizada a las impresentables burlas de Artur Mas. La política es algo serio y estos días lo han recordado y advertido desde Aznar a Monedero. Ciudadanos se ve ya en la Moncloa y es hora de que empiece a andar antes de echar a correr, como todos. Sería bueno  que los distintos candidatos y fuerzas políticas comenzasen a presentar propuestas para acabar con un paro tercermundista, la asfixiante precariedad laboral, los millones de ciudadanos abandonados en la escombrera de la crisis…. Vivimos en un país que es uno de los líderes mundiales en el turismo, la cultura y otros muchos campos. Deberíamos tener líderes que hablen de soluciones porque si el discurso es el miedo y el tú más, nada cambiará. Y luego está la mayor responsabilidad de todas que es la de  los votantes que deben distinguir donde hay propuestas y donde hay solo miedo. La política y los cambios los hacemos entre todos y todos somos responsables, o deberíamos serlo.